viernes, 16 de mayo de 2014

Capítulo 3


CAPITULO 3

QUÉ PASA MAMÁ?

 
Careto del farmacéutico y de la pivonazo, y el más importante,  carita de nuestra Carlota, Dónde vamos mamá? Qué está pasando?

Nunca en la vida imaginé que pudiera alegrarme (aunque sea un pelín) de tener una enfermedad rara en los ojos que me impide ver en la claridad y así poder ocultar algún salto de emoción que otro bajo mis inseparables gafas de sol. Las lágrimas caían a borbotones, y la rapidez con las que las secaba era similar a la de abrochar el cinturón a la más valiente de las niñas.

El camino que otras veces había recorrido hasta el centro de Málaga parecía distinto, desconocido, lleno de semáforos que no había visto antes, calles oscuras, lúgubres,  todo silencio a mi alrededor,  soledad, y gente que te pita y pita desconociendo lo que pasaba por la cabeza de aquella conductora asustada que preguntaba una y otra vez a la pequeña:

_¿Estás bien Carlota? ¡cuéntame una historia de las tuyas!

_Mamá, no tengo ganas, Dónde vamos? TENGO MUUUCHA SED

No consigo recordar cómo llegamos, ni donde aparcamos…. Si se que compramos un botellín de agua en el Quiosco más cercano al hospital, que Carlota, bajo mi atenta mirada, se bebió en menos de cinco segundos. El sonido del aire que salía de la botella mientras ella sorbía y sorbía era peor que un concierto de Selpultura, que por cierto, le encantan a Alfredo, que se lo digan a mis vecinos y a mis oídos.

EL edificio del centro sanitario es antiguo, pero recién restaurado, un sitio donde te apetece entrar de visita, pero no como huésped, un lugar frente al mar que ayuda a respirar profundamente, dicho de paso, muy necesario en ocasiones.

Cogí en brazos a Carlota y me dirigí a Urgencias. Allí envidié por primera vez a los peques que llegan con moquitos, con tos, con algo de fiebre, algún que otro Sarpullido… me vino a la memoria la de veces que hemos visitado urgencias con Tana, nuestra hija mayor como padres primerizos…

_Alfredo, la niña tose muy raro, tiene algo de fiebre…. Al San Rafael (vivimos unos años en la capi)

_Alfredo, la niña tiene sudor frío….AL San Rafael

_Alfredo, se ha caído del columpio…. Al San Rafael…

_Alfredo, ………. Ya ya chiqui, Al san Rafael no?

Luego, vas aprendiendo y si la segunda hija tiene tos, siempre funciona algún medicamento que se la quita, la cebolla,  o el calmante más común…. En fin… lo confieso, ir al médico vamos sólo cuando es estrictamente necesario, ya nos llevamos el premio con Tana.

Pero, allí estaba yo, envidiando a esos papás que esperaban a ser atendidos. Guardamos nuestra cola como buenas ciudadanas hasta que nos atendió el señor del mostrador.

_Tarjeta del seguro señora (me revienta haber perdido el magnífico señorita)

_No la tengo_contesté impaciente

_Tiene que llamar a su seguro y que nos den el número de tarjeta_ dijo el “saborio”* del recepcionista.

_La niña viene con 540 de azúcar_ Sentencié.

 

Visto y no visto, en un par de minutos estábamos en la UCI con 650 de esa bendita e inigualable palabra que nos va a perseguir,  (dejaremos que lo haga gustosamente), toda la vida: AZÚCAR.

 

*Saborio: Dícese de la persona desagradable o de trato difícil. Expresión malagueña donde las haya.

2 comentarios:

  1. Oye en serio, por qué no publicas las historia? Creo q puede ayudar a mucha gente. Seguro q alguna asociación estaría interesada.

    Dentro de q me encanta cómo escribes, transmite la angustia q habéis vivido y q aún vivís, pero a la vez se atisba cierto final feliz (si es q se puede decir así, considerando la gravedad del tema)

    ;)

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  2. Mil gracias!! Vamos a por ello ;)

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