martes, 29 de julio de 2014

CAPÍTULO 13


CAPÍTULO 13

Lolo el Kiosquero

 

Aseada y limpita ojeé la casa, quería que estuviera todo en orden, pero me parecía que no lo estaba. El sofá que reinaba en el salón era horrible, lo cambiaría, las puertas lacadas en blanco son más modernas que estas marrones, el suelo del baño está para comer aparte. Los muebles de la cocina me parecen antiguos. STOP. Algo no va bien en mi mente. Paso, me voy de aquí, y me olvido de asomarme por los cuartos de las niñas. Soy capaz de mover camas, sillas, colgar cuadros….. no es plan ahora mismo.

De regreso al hospital compré cromos de Peppa Pig.

_Buenos días, ¿me da usted TODOS los cromos que tenga de Peppa Pig?

_Pero escucha que te diga*, acaba de llegar el repartidor, no he abierto ni la caja.

_No importa, todos_ Dije como si estuviera decidiendo leyes en el Congreso.

_ Niña, ¿EL albúm también?

_También. ¿cuánto es?

_Pues……. 50X1 + 12+  23…._ cuchicheaba

_102 Euros

_ ¿Esta Peppa Pig viste de Prada?

_Mira, escucha, no la vayamos a tener, has dicho todos los cromos, a mi me parece una burrada, más que ná porque te van a salir un puñao repetios, pero si quieres te los quito…

_Ni hablar_ cabezona y orgullosa como buena Leo, aunque me deje la paga.

Cuando me dispuse a sacar el dinero del monedero, evidentemente no tenía  suficiente en efectivo, y como tal imbécil pregunté si podía pagar con tarjeta, y empecé a llorar. Otra vez. Ojo, Carlota no estaba delante.

_¿qué pasa? Pero chiquilla, ¿vas a llorar por los cromos?

Verá, mi hija que está ingresada aquí al lado, quiere cromos de Peppa Pig y yo quería llevarle a la cerda si hacía falta en persona, pero no tengo ni dinero en el bolso, y bueno, creí que haría algo bien, y no me quiero poner a dieta aunque me multe el señor agente, y la insulina debe doler…y ….

_Vamos a ver, sube a la niña los puñeteros cromos, no se te ve mala gente. Luego me los pagas. Anda corre, que estará esperándolos.

Adoro al Kiosquero Lolo, no está tan pepino como el médico pero es más mono si cabe.

Subí como una bala, no se si yo llevaba a Peppa Pig o ella me llevaba a mí, pero llegué en 0,2 segundos.

Manolo, Alfredo y Carlota. Los tres de parloteo, ¿SIN MÍ?

Esta vez no quise interrumpir con mis hazañas porcinas y esperé en la puerta, veía por los cristales a la chiqui sweet pintando algo en unas hojas en blanco y salieron los dos hombres de mi vida. A ver, sin malentendidos, el hombre más maravilloso de la tierra es Mi Alfredo, y no lo cambio ni por 50 Manolos, pero ahora, los necesitaba a los dos.

_¿Podemos hablar?_ Dijo House.
_ofú. 

_Chiqs, es el momento_ Alfredo estaba radiante el tío.

_Venga, ¿con quién se queda Carlota?_ a ver si servía mi pregunta y nos quedábamos con ella.

Bea salió de la nada y se ofreció. Le sonreía a la peque como si se le fuera la vida en ello, y eso me calmó. Carlota levantó su cabecita preciosa y nos miró a través de los cristales. Tiró un beso al aire y nos despidió por un ratito.

_La diabetes es una enfermedad crónica muy fácil de diagnosticar, no tiene misterio, un niño que tiene más de 200 de azúcar en sangre es porque algo no va bien, en vuestro caso Carlota llegó con 640, demasiado sencillo. Diabetes tipo1. Y ahora toca el turno de aprender. En este hospital os daremos las pautas para que acudáis al Materno con una base que os permita entender mejor todo el periplo al que os vais a enfrentar, y así os podáis ir a casa hechos unos expertos. Carlota necesita insulina para vivir, y su páncreas no se la da, luego os explicaré como las células Beta (cabronas) destruyen esa insulina. Nosotros, se la vamos a poner, ahora, sois los dos el páncreas de Carlota.

Alfredo y yo nos miramos, le quise más que nunca, juntos podremos. Tengo mucha suerte, no puedo quejarme, cuantas madres o padres, tíos, abuelos… tendrán que llevar el peso de la diabetes solos, desde aquí, este capítulo, por ellos.

 




*pero escucha que te diga: Oye bien, que pareces tonta. (También depende del tono en el que se escuche)
 

 

 

 

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